Un hombre ha dado a luz en Inglaterra. Es el primer caso confirmado en Europa de una circunstancia que sólo se conoce desde hace un par de años: que personas que nacen mujeres y se someten a una operación de cambio de sexo puedan tener sus propios bebés, creando la confusa imagen de un varón, a efectos prácticos y legales, pariendo. Esto sólo es posible si el útero se mantiene intacto durante las muchísimas operaciones necesarias para un cambio de sexo.
Poco más se sabe de la historia. Si ha llegado a los medios, es sólo porque un miembro de la Beaumont Society, una caridad que ofrece apoyo a quienes se han cambiado el género o buscan hacerlo. Esta mujer, Joanna Darrell, no ha dado ni el nombre, ni la edad (se sabe sólo que no llega a los cuarenta) ni la localización del padre.
Sólo ha contado que hace un tiempo llamó a su organización, que a su vez le pasó el contacto de otra institución, y sólo volvieron a saber de él hace seis meses cuando llamó para agradecer su ayuda tras el parto.
Es posible que no sea el primer caso que sucede ni en Inglaterra ni en Europa. No todos llegan a los medios. En 2008, Thomas Beatie, un transexual de Orgeón (EE.UU.), se hizo famoso por ser el primer hombre embarazado del mundo. Había protegido su útero de todas las operaciones a las que llevaba años sometiéndose y, con esperma de un donante, se inseminó a sí mismo en casa.
Ésta es sólo una de las formas en las que se puede producir este tipo de embarazos: se puede reservar el útero y concebir de forma natural, por vía sexual, o se puede usar una forma más clínica con úteros donados, esperma donado, tratamientos de hormonas y parto por cesárea.
Si este tipo de casos se trata con un perfil tan bajo es porque todavía les acompaña la controversia derivada de la falta de precedentes. La política conservadora inglesa, Ann Widdecombe, ha comentado que "Es un trastorno terrible".
¿Qué va a pensar el niño? La clave es el bebé, en caso de que lo olvide alguien. En la misma línea se posicionaba Trevor Stammers, un divulgador (conservador) de ética médica, al opinar que "el extraño comienzo de la vida del niño le va a marcar para el resto de su existencia. Dudo que de aquí salga un niño con una infancia feliz, productiva y óptima".